>Sabía de la soledad del silencio,
Silencio diurno
Palabras insonoras y huecas,
Gemidos difusos
Que invaden
El aire irrespirable
De los cigarrillos encendidos.
Aborrecí las palabras absurdas
Las mentiras justificadas y cotidianas.
Cuando me di cuenta
Por todo lo escrito
Me di cuenta
Que los atardeceres rojos
Eran cada día
Más bonitos,
Más profundos.
Miguel Dubois.
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